Debido a que el cáncer de próstata ocurre normalmente en hombres mayores que a menudo tienen otros problemas de salud, la supervivencia específica se usa generalmente como método estándar para hablar del pronóstico. Desafortunadamente, es imposible obtener cifras precisas de supervivencia. Para obtener una medida realista de la supervivencia a los 10 años, es necesario recopilar pacientes diagnosticados hace 13 años. Se necesitan más de 10 años de seguimiento para ofrecer datos aproximados.
La preeminencia del cáncer de próstata (9% de todas las muertes masculinas) no permite descuidar la vigilancia del cáncer testicular, que exhibe una tendencia hacia el incremento en las tasas de mortalidad desde el año 1960 hasta el año 1980, con un leve descenso en la década de los 90.
Los resultados varían mucho, principalmente porque la enfermedad se encuentra en hombres mayores que posiblemente tienen otras complicaciones y condiciones, como enfermedades cardíacas o respiratorias, o discapacidad que los inmoviliza o disminuye enormemente sus actividades.
El pronóstico de esta entidad nosológica está directamente relacionado con la extensión del cáncer. La sobrevida a 10 años es de 75% cuando la neoplasia está circunscrita a la glándula, de 55% en los casos que la lesión ha traspasado la cápsula y de 15% para los pacientes que tengan metástasis a distancia.
Prevención
No existe ninguna forma de prevención conocida para el cáncer de próstata. Aún así adoptar una dieta vegetariana baja en grasas, una parecida a la dieta japonesa tradicional podría disminuir los riesgos de padecer cáncer de próstata. Por otro lado un estudio arrojó que los hombres que realizan algún tipo de actividad física, aunque sea moderada, tienen menos riesgo de desarrollar cáncer prostático que los varones sedentarios. Algunas de las razones que explican este último punto son que el ejercicio físico tiende a reducir los niveles de testosterona y otras hormonas que alimentan el crecimiento tumoral en la próstata, además el ejercicio potencia al sistema inmune que mata las células anormales antes de que los tumores se desarrollen, siendo el sistema inmune una de las principales defensas del organismo contra el cáncer.
Ante pocas medidas de prevención, y el desarrollo silencioso (sin síntomas) del cáncer protático, lo que resulta de vital importancia es la detección temprana, y esto se puede conseguir con visitas regulares al médico sobre todo en la población de mayor riesgos.
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