Sociedad Química Americana
Encontrar y reparar fugas de gas natural es un desafío persistente para las empresas de servicios públicos de todo el país. Además de las serias consideraciones de seguridad, la fuga de gas natural, que en su mayoría es metano, también contribuye con el potente gas de efecto invernadero a la atmósfera. Para ayudar a resolver este problema, los científicos se asociaron con Google Earth Outreach para equipar a los automóviles de Street View con analizadores de metano para detectar fugas.
Informan de sus hallazgos en la revista ACSEnvironmental Science & Technology.
Se requiere que todas las empresas de servicios públicos monitoreen sus líneas y arreglen rápidamente las fugas que representan una amenaza para la seguridad. Sin embargo, las fugas más pequeñas o remotas que no se consideran peligrosas pueden pasar desapercibidas o no repararse durante largos períodos. En la actualidad, los operadores del sistema, los reguladores y otras partes interesadas son cada vez más conscientes de las posibles implicaciones climáticas de permitir que estas fugas no sean controladas. Se podrían utilizar mejores datos para apoyar y priorizar cientos de millones de dólares en esfuerzos de reparación y reemplazo de infraestructura. Pero las técnicas convencionales para detectar y localizar fugas de metano de las tuberías de gas natural son laboriosas.
Sólo se han llevado a cabo un puñado de estudios para determinar su ubicación y poner los datos a disposición del público. Para ayudar a resolver este problema, los científicos de la Universidad Estatal de Colorado se asociaron con Google Earth Outreach, el brazo de la compañía de tecnología que ofrece recursos a las organizaciones sin fines de lucro, y con expertos del Fondo de Defensa del Medio Ambiente para encontrar una nueva y eficiente manera de detectar fugas.
Se colocaron analizadores de metano en tres automóviles de Google Street View que circulaban por Boston, Indianápolis, Staten Island, Nueva York, Syracuse, Nueva York y Burlington, Vermont.
En promedio, Boston, Staten Island y Syracuse, ciudades con muchas líneas de distribución viejas y propensas a la corrosión, tenían fugas que liberaban 25 veces más metano por kilómetro de carretera (2 litros de metano por minuto por kilómetro) que Burlington e Indianápolis (0,08 litros de metano por minuto por kilómetro). Las ciudades con tasas bajas han implementado "programas acelerados de reemplazo de tuberías" y tienen tuberías con materiales más modernos. Los investigadores calculan que las reparaciones al 8 por ciento más grande de las fugas reducirían las emisiones de metano de las tuberías en un 30 por ciento. Sus resultados de mapeo están disponibles públicamente aquí: https://www.edf.org/climate/methanemaps.
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