- Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh han descubierto un nuevo mecanismo genético del cáncer de tiroides, así como un marcador que puede predecir la respuesta a una clase particular de medicamentos, no sólo en pacientes con cáncer de tiroides, sino también en aquellos con muchos otros tipos de cáncer. Los nuevos hallazgos fueron publicados en Actas de la Academia Nacional de Ciencias.
"Estos resultados aumentan nuestra comprensión de la biología del cáncer de tiroides. En términos más generales, también sugieren una estrategia de tratamiento potencial para muchos tipos diferentes de cáncer", explicó el autor principal del estudio, Yuri Nikiforov, M.D., Ph.D., profesor de patología, vicepresidente de patología molecular y director de la División de Patología Molecular y Genómica de la UPMC.
El cáncer de tiroides es el tipo de cáncer de más rápido crecimiento en los Estados Unidos, y más de 55,000 personas serán diagnosticadas este año. Al igual que muchos otros tipos de cáncer, los tumores de la tiroides generalmente son el resultado de anomalías genéticas específicas. Aunque las mutaciones previamente identificadas se encuentran en cerca del 90 por ciento de los cánceres de tiroides, en los casos restantes el culpable sigue siendo un misterio.
Para identificar nuevas anomalías genéticas asociadas con el cáncer de tiroides, Nikiforov y su equipo aplicaron una poderosa tecnología llamada secuenciación de próxima generación para analizar una serie de carcinomas papilares de tiroides (la forma más común de cáncer de tiroides) que no contenían ninguna de las mutaciones conocidas.
Los investigadores encontraron que una proporción significativa de estos tumores tenía una alteración genética compleja que involucraba la fusión de un gen llamado THADA a una región previamente desconocida cerca de un gen llamado IGF2BP3. El resultado de esta fusión de genes fue niveles elevados de proteína IGF2BP3, un componente importante de la vía de señalización de la proteína IGF1R que se sabe que juega un papel en la formación y crecimiento del tumor.
"Hasta ahora, sabíamos que las alteraciones en el gen THADA estaban asociadas con el cáncer de tiroides, pero no sabíamos cómo este cambio genético en realidad conduce al desarrollo del tumor", explicó Nikiforov. "Nuestro estudio descubre un nuevo mecanismo de cáncer de tiroides, uno que es bastante común."
El equipo llegó a la conclusión de que el IGF2BP3 elevado también estaba presente en muchos otros tipos de cáncer.
"Cuando observamos otros cánceres comunes, como los de pulmón, páncreas, colon y ovario, encontramos que entre el 5 y el 15 por ciento de ellos tenían niveles elevados de IGF2BP3", señaló Nikiforov.
El equipo luego realizó cultivos celulares y experimentos con modelos animales que revelaron que el crecimiento de estos tumores podría ser bloqueado por los fármacos inhibidores de la vía IGF1R.
Varios inhibidores del IGF1R han sido desarrollados y probados en más de 25 ensayos clínicos en los últimos años, explicó Nikiforov. Desafortunadamente, estos ensayos fracasaron porque sólo una pequeña subpoblación de pacientes respondió a los medicamentos, y los investigadores no pudieron determinar qué tumores serían susceptibles al tratamiento.
"Nuestros resultados sugieren que ahora tenemos un marcador genético (IGF2BP3) que podría decirnos quién se beneficiará de estos medicamentos", dijo. "Lo que es realmente emocionante es que nuestro estudio podría renovar el interés en el uso de los inhibidores IGF1R para tratar el cáncer. Esperamos que los fabricantes de inhibidores de IGF1R e IGF2 consideren iniciar ensayos clínicos para estos medicamentos específicamente en pacientes cuyos tumores muestran niveles elevados de IGF2BP3".
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