miércoles, 26 de diciembre de 2012

Pies Planos

¿Qué es el pie plano?
Consiste en la pérdida del arco que hay en la planta del pie. Los recién nacidos no tiene ese arco que se va formando a medida que se desarrollan los músculos del pie. En niños pequeños, la gran cantidad de grasa hace que el pie parezca plano (aunque en realidad no lo es). Por eso se comienza a diagnosticar a partir de los tres años. A veces se acompaña de un calzado que se desgasta por dentro y entonces se llama pie plano valgo.

¿Qué clases hay?
El pie plano puede ser flexible o rígido. La mayoría de los niños tiene el pie plano flexible, que además de frecuente una forma nada grave que casi siempre aparece en los dos pies y se hereda. El pie plano rígido es raro y se produce por una mala colocación de los huesos del pie que hace que se deforme. En casos todavía más raros el pie plano puede aparecer como consecuencia de enfermedades cerebrales que producen parálisis de las piernas.

¿Cuáles son los síntomas?
El pie plano flexible no suele producir dolor, sino más bien desgaste importante de los zapatos. Estos niños tienen una gran facilidad para doblar sus articulaciones ya que como su propio nombre indica son muy flexibles. Mientras el niño está de pie y quieto el arco de la planta del pie está plano, pero cuando camina de puntillas o sobre el talón el arco aparece como normal.
Según cuanto esté de hundido el arco de la planta del pie y según la huella que deje en el suelo se puede dividir el pie plano en cuatro tipos: grado I (poco importante), II, III, y IV (se marca todo el pie).

El pie plano rígido es bastante doloroso y siempre se mantiene plano.

¿Cómo se corrigen?
La mayoría de los pies planos se corrigen solos. Los grados III y IV entre los 9 y 12 años que no se han corregido se operan si producen molestias. Los pies planos rígidos siempre necesitan operación.

Se pueden recomendar ejercicios como subir y bajar escaleras, caminar de puntillas, andar por terreno irregular, playa o césped y subir cuestas, para desarrollar los músculos de la pierna y el pie. No se debe forzar al niño a caminar, ya que lo hará cuando pueda.

No se utilizarán las botas ni calzado extremadamente fuertes. Las plantillas ayudarán en algunas ocasiones, elevando por dentro el arco plantar, incorporándolas una cuña.

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