domingo, 3 de abril de 2016

Los seres humanos como depredadores: Un apetito insostenible para adultos y Asociación carnivoresAmerican para el Avance de la Ciencia




IMAGEN: se muestra de la fauna bajo presión. Darimont et al. muestran que las tasas a las que los seres humanos se aprovechan de los mamíferos terrestres y peces marinos supera con mucho los impactos de otros depredadores (1). Marina ... ver más



Crédito: [Crédito: P. Huey / Ciencia]



Este comunicado de prensa está disponible inJapanese.



Los seres humanos son sólo uno de muchos depredadores en este mundo, pero un nuevo estudio pone de relieve cómo su intensa tendencia a atacar y matar presas de adultos, así como otros carnívoros, los pone claramente aparte de otros depredadores. Como seres humanos matan a otras especies en su mejor momento de reproducción, no puede haber profundas implicaciones - incluyendo la extinción generalizada y la reestructuración de las cadenas alimentarias y los ecosistemas - en ambos sistemas terrestres y marinos. Para evaluar la naturaleza de la depredación humana frente a la depredación no humano, Chris Darimont et al. llevó a cabo una encuesta de 2.125 especies de depredadores en todo el mundo en ambientes marinos y terrestres. Los resultados revelan que los humanos tienden a aprovecharse de los adultos de otras especies a velocidades de hasta 14 veces más alta que otros depredadores, con particular intensidad explotación de los carnívoros terrestres y peces. Entre las pesquerías, los autores encontraron que el efecto de la depredación fue aún más pronunciada en el Océano Atlántico, que sugieren que es el resultado de las densidades más altas humanos y la reducción de la biomasa de peces (de un período de pesca intenso y regular más largo); la situación en el Atlántico refleja cómo la baja abundancia de presas con valor económico puede conducir explotación agresiva. En conjunto, el comportamiento de la depredación única de los seres humanos puede tener un impacto significativo sobre los ecosistemas, alterando los rasgos observables, como el tamaño, así como las características de historia de vida de otras especies, que modifican el potencial reproductivo de las poblaciones, y la transformación de las interacciones ecológicas de las redes alimentarias. Una perspectiva de Boris Worm da un vistazo más de cerca a nuestra tendencia a grandes capturas, y sus implicaciones.

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